sábado, 20 de octubre de 2012

Silencio ruidoso


Me perderé en el olvido
y olvidaré al mismo tiempo.
Me mezclaré en otro viento
y no estaré más contigo.

Me olvidaré de que existo
y existiré mientras pienso.
Me vengaré de mí mismo
y conoceré mi miedo.

Y sabré que cuando callo miento.
Y sabré que el silencio
nunca dice la verdad.

Aquello que me gustó
ahora lo odio.

Y aquello que antes odiaba,
ahora me encanta.

Todo aquello que callaba,
ahora se escucha al gritar,
y grito yo también.

Te pincharás con mi aguja
y seré yo quien sangre.
Te gritaré hasta que ruja
y rugiré hasta cansarme.

Te dejaré sin aliento
y me ahogaré sin quererlo.
Permaneceré atento
por si es callar mi deber.

Aquello que ignoré
ahora me importa.
Y aquello que me importaba,
no existe.

domingo, 14 de octubre de 2012

El muro macizo


A través de un muro macizo
vi una proeza brotar:
y al dejarse ver se deshizo
sin poderlo evitar.

A través de una proeza
yo vi crecer un rosal:
enardeció sin pereza
y envejeció sin tardar.

A través de planta muerta
vi a una hormiga trabajar:
evitando media vuelta,
eludiendo demorar.

A través de hormiga exhausta
yo vi la tierra temblar:
removiéndose por causas
que no quiero recordar.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Soñador


Soy ala de ángel caído,
piel de un ciervo distraído.
Yo soy el fiero colmillo
de algún tiburón dormido.

Yo soy el Sol, yo soy la Luna,
un niño grande en su cuna.
De siete gatos, mi vida es una,
de cueva oscura, sólo soy runa.

Soy el fuego de un dragón
que no tiene corazón.
Soy palabra sin razón,
soy sombra en puesta de sol.

Yo soy tinta en la pluma,
soy un viento que abruma.
De la presa, soy carne cruda,
en concierto, soy arpa muda.

Soy narciso en el rosal,
amapola en la ribera.
Soy ceniza entre la niebla
y agua dulce por el mar.

Soy palmera en el desierto,
entre vivos, soy el muerto.
Sin tardanza, me despierto.
¿Quién me iba a decir a mí
que todo aquello que fui
no era más que un simple sueño?

martes, 9 de octubre de 2012

Un poema recité

Yo a las montañas grité:
el viento me contestó.
Yo por el mar navegué:
y la marea vaciló.
Yo a los árboles hablé:
sus flores tenían voz.
Yo a un dios recé:
pero de nada sirvió.
Yo mi guitarra toqué:
y una cuerda se quebró.
Yo con el fuego jugué:
aunque otro se quemó.
Yo una vez me enamoré
y perdí toda razón.

Yo un poema recité:
pero, al final, se acabó.

lunes, 8 de octubre de 2012

Entrada de prueba

Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela,
un velero bergantín;
Bajel pirata que llaman,
por su bravura el Temido
en todo mar conocido
del uno al otro confín.